Tu sombra queda allá en la montaña,
donde el viento sopla y los animales callan.
Ellos se la llevaron para hacer una fiesta a la hora de las estrellas,
el fuego la purifica y la negrura la acuna.
Caminas al salir el sol hacia tu destino,
te espera con las alas abiertas,
para recogerte y llevarte en un dulce y pausado vuelo
hasta tu damisela,
con ella brillarás a la luz de la luna ,
y tu sombra, acunada en la noche,
distraída por el brillo de las estrellas,
dejará de acompañarte,
porque habrá comprendido,
que su tiempo terminó
y llegó el tiempo de amar, en todas las formas y colores
de tu alma.