Territorio hobbit

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domingo, 27 de julio de 2014

CULTIVAR EL HUERTO

Cuando tenga decidido ponerse a cultivar, el primer año se recomienda sentarse dos veces al día frente a la tierra escogida.

Observe atentamente como los rallos del sol inciden en las primeras y en las últimas horas.
Anote dónde los pájaros gusten de picotear y si algunos anidan cerca.
Sienta los olores que desprende la tierra en primavera, y los campara con las fragancias del invierno.
Un año completo, para creer en la tierra y su infalibilidad, un año para sentirse a gusto y entenderla, nada más.




El segundo año o quizás un poco más, será fundamental, y usted demostrará generosidad para con la tierra, sin pedirle nada de nada, es el momento de abonarla con la mejor manera orgánica disponible, bien compostada, al dente, a diferencia de los fertilizantes químicos que microasesinan la vida que la tierra guarda, los abonos naturales, son inversiones, que no agotan ni se agotan.
Tenga en cuenta además que numerosas experiencias han demostrado, científicamente que disfrutar en este proceso, mejora significativamente los resultados.
Durante todo este tiempo, es probable que muchas personas y algunas con gran experiencia, al pasar por su futuro huerto, se rían de sus métodos y le digan que está perdiendo rentabilidad, se recomienda entonces abrir largos diálogos con ellas para compartir su proyecto, en el que las ganancias serán alimentos sanos, salud para la naturaleza, y activación de las economías y afectos locales.












No es fácil, pero de nuevo nos consta, que siempre es  posible.
Finalmente, llega el momento de iniciar los que siempre atenderán a las necesidades  de su hogar y de la población local.
No es el momento de tener grandes expectativas, sino cuidado y paciencia, porque como cualquier otro embarazo, ella, la tierra, todavía necesita más que usted, agua, sol, y su presencia, confiada y atenta.
Son los nutrientes requeridos en esta fase de gestación.





Es más tarde cuando en un momento impredecible, la tierra se revuelve, toma fuerza, y sin que se sepa como, se inicia un intercambio solidario entre ella, la tierra y nosotros, sus semejantes.
Así lo explica Vincent Bordera hacedor de muchas huertas y muchos más hortelanos y hortelanas, hay que aprender a respetar antes que a exigir, lo demás, viene todo rodado, no temas, tendrás producción y será sana, no será exuberante mente constante, superará los inconvenientes climáticos, plagas y enfermedades serán problemas ocasionales de los que te podrás desprender con facilidad y sobretodo tú, tú, te sentirás una persona con más vida.
Decía Mahatma Gandhi, que "olvidarnos de como cavar la tierra y cuidar el suelo, es olvidarnos de nosotros mismos.

"Manual de Agroecología"
de Gustavo Duch, publicado en la fertilidad de la tierra.

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